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¿Qué es la ayahuasca?

La ayahuasca es una infusión sagrada, ceremonial y psicoactiva elaborada y consumida originalmente por los chamanes amazónicos. En contextos tradicionales, sus fines son

  • Medicinal: diagnóstico y curación de enfermedades.
  • Adivinatorio: obtener respuestas a preguntas y localizar objetos o personas desaparecidas.
  • Mágicos: protección energética y guerra espiritual.
  • Enteogénica : cruzar a reinos de otro mundo y comunicarse con deidades.

El consumo de ayahuasca tiene tradiciones rituales muy arraigadas entre las comunidades indígenas y mestizas de Perú, Ecuador, Brasil, Colombia y Bolivia. En las últimas décadas, sin embargo, también se ha extendido entre los psiconautas occidentales y los buscadores de sanación y crecimiento, que suelen consumir el brebaje en retiros de medicina vegetal en el Amazonas o con un facilitador itinerante de paso o afincado en su región.

Hace muchas generaciones, los curanderos indígenas de la selva amazónica mezclaron dos plantas, creando un té enteogénico que transformaría para siempre la salud y la vida de muchas personas en todo el mundo.

La pronunciación de la ayahuasca suena igual que leer su nombre transcrito de las lenguas indígenas quechuas: aya waska. Aya significa «espíritu», «alma», «los muertos» o «antepasados», y waska se traduce como «cuerda» o «liana», por lo que tanto el nombre de la infusión como el de la planta son «liana del alma».

Tanto el té de ayahuasca como la planta de ayahuasca también se conocen por muchos nombres dependiendo de la región o cultura local. Algunos de estos nombres son: yagé o yajé (pueblo Cofán), caapi (pueblo Tupí-Guaraní), cipó (iglesia União do Vegetal), daime (iglesia Santo Daime), bejuco de oro (Colombia), hoasca (Brasil), natem (pueblo Shuar), shori (pueblo Yaminawa), uipa (pueblo Guahibo), pindê o pilde (pueblo Tsachila), y muchos otros.

Vid de Caapi

La corteza de esta liana sagrada contiene una serie de alcaloides con propiedades psicotrópicas suaves, que también son responsables de los efectos purgantes de la infusión.

En muchas preparaciones indígenas, especialmente las que se comparten con toda la comunidad, la B. caapi es también el único ingrediente, ya que el acento se pone más en los efectos purgantes del brebaje que en las visiones de la ayahuasca.

Los chamanes también suelen tomar brebajes sólo de vid, ya que sus años de entrenamiento les permiten experimentar toda la gama de efectos del brebaje sólo a través de la vid.

Sin embargo, tanto desde el punto de vista científico como indígena, es la liana la que parece tener un papel y un poder más significativos en el contexto de las experiencias con ayahuasca.

Se han registrado más de 80 plantas medicinales diferentes como posibles aditivos en las recetas indígenas de té de ayahuasca, cuya función es modular el sabor o los efectos de la infusión.

Por ejemplo, el mapacho es una planta maestra que casi siempre se utiliza junto con la ayahuasca. Los chamanes suelen soplar su humo a los participantes de la ceremonia para realizar limpiezas; sin embargo, como mezcla de la propia infusión, puede amplificar la purga e intensificar las experiencias visionarias.

Otras adiciones botánicas pueden incluir la bobinsana, que puede hacer que el brebaje sea más estimulante y estimulante del corazón; la kana, una planta aromática utilizada para endulzar el sabor del yagé en Colombia; y la brunfelsia y el remo caspi, que tienen el potencial de profundizar y prolongar los efectos del brebaje.

La cultura del consumo de ayahuasca

La infusión de ayahuasca tiene una rica y diversa historia de uso tradicional entre los pueblos indígenas y mestizos de la cuenca del Amazonas, cuyos orígenes se remontan al menos a varios siglos atrás, y potencialmente incluso a más tiempo.

Tradicionalmente, el consumo de ayahuasca correspondía principalmente al chamán de la aldea, que se sometía a un exhaustivo entrenamiento y dieta durante meses o años para establecer una fuerte conexión con el espíritu de la vid y convertirse en un navegante magistral del viaje de la ayahuasca.

Consumían el brebaje ritualmente con fines curativos, adivinatorios y mágicos. A veces, la administraban a pacientes o la compartían con los miembros de la comunidad en ceremonias de limpieza de grupo o de unión social.

Curación chamánica

Entre las principales intenciones en el uso chamánico de la ayahuasca se encuentran el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades graves. La creencia indígena amazónica sostiene que las energías negativas, en forma de «tsentsak» (dardos mágicos), pueden ser enviadas por hechiceros o entidades malévolas, causando diversas enfermedades psicofísicas, algunas de las cuales pueden poner en peligro la vida.

El papel del chamán es beber ayahuasca, entrar en el mundo de los espíritus, identificar la fuente y los efectos de esta aflicción y obtener los conocimientos necesarios para curarla. La ayahuasca les transmitiría el tratamiento adecuado utilizando otras plantas medicinales o les orientaría sobre cómo disipar la energía oscura o defender a su paciente de las entidades malévolas.

En algunos casos, también se puede pedir al paciente que beba ayahuasca para limpiarse de toxinas y liberar las energías negativas que subyacen a su enfermedad. Los efectos espirituales de la ayahuasca, incluidos los encuentros con espíritus y deidades y la mayor capacidad de discernimiento que puede catalizar, pueden contribuir a una transformación positiva y reforzar la resistencia del paciente en su batalla contra la enfermedad.

Adivinación

Los chamanes también emplean la ayahuasca para acceder a la intuición de otro mundo y proporcionar orientación sobre diversos asuntos de la vida comunal, como localizar objetos o personas desaparecidas, identificar a los culpables de fechorías y diseñar estrategias agrícolas y de caza para garantizar la prosperidad de su aldea.

Rituales culturales

Mientras que en algunas comunidades indígenas el consumo de ayahuasca está reservado a los chamanes y a los enfermos graves, en otras el brebaje está al alcance de todos los habitantes.

Por ejemplo, los awajún de Perú han celebrado tradicionalmente ceremonias de ayahuasca como ritos de iniciación para sus jóvenes. En Colombia, los tukanos han utilizado la ayahuasca en rituales comunales en los que tocaban música, cantaban y bailaban. En Brasil, las religiones sincréticas de Santo Daime, UDV y Barquinha han utilizado la hoasca de forma comunal similar.

Curación espiritual

Parece que el uso de la ayahuasca con fines de autocuración espiritual y psicológica, como el que encontramos en los centros de retiro de medicina vegetal contemporáneos, no surgió realmente hasta la segunda mitad del siglo XX.

Alparecer, comenzó en Perú, donde los aldeanos indígenas y mestizos que se trasladaban de la selva a la creciente ciudad de Iquitos se encontraban en la indigencia y eran incapaces de adaptarse y prosperar en este entorno desconocido y urbanizado.

Buscaban ayuda en los chamanes locales, que celebraban para ellos ceremonias colectivas de ayahuasca. En estas reuniones de sanación colectiva, los participantes tenían la oportunidad de comprender mejor su situación y cómo trabajar para superar sus circunstancias desfavorables.

Retiros de ayahuasca

Hacia finales del siglo XX, con el creciente número de habitantes del Norte Global que visitaban el Amazonas para experimentar el brebaje, las ceremonias de ayahuasca empezaron a adaptarse para satisfacer las necesidades de los visitantes extranjeros.

Hoy en día, sobre todo en Perú, un gran número de centros de retiro de medicina vegetal ofrecen a sus huéspedes no sólo ceremonias de ayahuasca, sino también otros rituales de medicina vegetal, así como baños florales, limpiezas y, en ocasiones, actividades orientales de cultivo de la atención, como yoga y meditación.

Religiones Ayahuasqueras

La ayahuasca también desempeña un papel central en dos grandes organizaciones religiosas sincréticas, Santo Daime y União do Vegetal, que se originaron en Brasil en el siglo XX y ahora tienen seguidores en todo el mundo.

Estas iglesias están tan consolidadas que han recibido exenciones legales por motivos religiosos para practicar sus rituales en Estados Unidos y Canadá.

La ética de la tradición en evolución

A lo largo del último siglo, la ayahuasca ha pasado de su uso tradicional en el Amazonas a convertirse en un fenómeno global, atrayendo el interés de la ciencia, de los profesionales de la curación alternativa, de los artistas y de las personas que buscan curación, espiritualidad e inspiración.

Sin embargo, con todas las vidas que ha transformado para mejor, es importante considerar también los retos éticos y medioambientales asociados a su popularidad. Entre ellos se encuentran el impacto del turismo y el capitalismo en las numerosas comunidades locales que han pasado a formar parte del mercado de la ayahuasca y la sobreexplotación de la vid de ayahuasca para ceremonias y envíos internacionales en determinadas zonas del Amazonas.

Por ello, se anima a todos los que consumen ayahuasca a que aborden el consumo de esta medicina sagrada con humildad y respeto, se aseguren de que se ha obtenido de forma sostenible y, si es posible, actúen en reciprocidad con las culturas indígenas que la han salvaguardado durante cientos de años.

A medida que se intensifican los efectos, algunos participantes pueden expresar sus estados internos de diferentes maneras. Las descargas emocionales pueden consistir en gemidos de placer, sollozos de tristeza, risas infantiles o suspiros de remordimiento. Estas expresiones pueden verse como ofrendas energéticas enviadas por participantes individuales, que contribuyen al espacio energético que el chamán supervisa.

El mantenimiento del espacio del guía

El chamán o facilitador de la ceremonia gestiona esta experiencia colectiva aprovechando el poder de sus aliados espirituales. Entonan plegarias, realizan limpiezas, agitan la chakapa y cantan icaros sagrados, canciones que les han sido otorgadas por los espíritus de las plantas con los que han estado en comunión durante su formación chamánica.

Los icaros son melodías poderosas y mágicas que, durante la mareación, pueden parecer que abren portales a diferentes reinos, entretejiendo un plano de un multiverso que los participantes pueden explorar. También pueden servir como ancla, guiando las almas de los bebedores de vuelta al espacio protegido del chamán si se adentran demasiado en reinos espirituales más oscuros.

Porciones adicionales

Tras varias oleadas de visiones de ayahuasca y viajes espirituales, el chamán puede ofrecer dosis adicionales a quienes deseen una experiencia más profunda o a quienes no hayan sentido mucho efecto.

Se aconseja a los que toman ayahuasca por primera vez que resistan la tentación de consumir más, aunque lo que hayan experimentado haya sido mínimo. Confiar en el juicio del chamán a la hora de estimar la dosis adecuada puede ser más prudente que intentar colmar sus expectativas del viaje con una segunda dosis – esto puede conducir a una experiencia agravada, abrumadora y potencialmente más oscura.

No alcanzar el nivel deseado de visiones o percepciones con ayahuasca durante una sesión no significa que no haya ocurrido nada; a veces, la ayahuasca trabaja sutilmente en segundo plano, despejando el espacio para futuras experiencias más profundas.

La limpieza final

A medida que la mareación colectiva se disuelve, el chamán puede invitar individualmente a cada participante a una limpieza más profunda. Una vez que la ayahuasca ha recorrido el cuerpo y reconfigurado el alma del bebedor, el curandero puede localizar y eliminar más fácilmente cualquier bloqueo y energía negativa.

Este proceso, conocido como chupa, consiste en extraer estas energías «chupándolas». Al igual que la sopla, ésta es una de las técnicas basadas en la respiración que los chamanes suelen emplear para las limpiezas. Si se realiza correctamente, se puede sentir como si una pesada carga hubiera sido extraída y disipada en el olvido.

La descompresión

Tras la limpieza final, se suele despedir a los participantes. La elevada sensibilidad a la luz que la ayahuasca proporciona a sus bebedores les permite percibir una sobrecogedora abundancia de estrellas en un cielo nocturno despejado. Esto brinda la oportunidad de un breve respiro y una suave contemplación de lo que acaba de ocurrir.

A diferencia de las secuelas de otros psicodélicos, conciliar el sueño tras un viaje con ayahuasca no suele suponer ningún esfuerzo. El cuerpo está fatigado, la mente agotada y la consciencia se aleja suavemente hacia sueños vívidos e intensos, que pueden parecer la extensión de las visiones de la ayahuasca experimentadas durante la ceremonia.

¿Dónde Comprar Plantas de Ayahuasca Legalmente?

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Nuestros productos se cultivan de forma orgánica, se cosechan de forma sostenible y se obtienen a través del comercio justo, y los vendemos con la intención de promover el entusiasmo etnobotánico en todo el mundo.

No abogamos por el uso de ninguno de nuestros productos de forma ilegal, ni enviamos ninguna de nuestras muestras botánicas a países donde son ilegales. Aconsejamos encarecidamente a nuestros clientes que se informen bien sobre la normativa local antes de hacer un pedido.